dilluns, 14 de febrer del 2011

Decepción



Y llegué a Ítaca. No a la Ítaca del final, pero si a uno de sus puertos...

Y, al llegar, me pregunté: ¿cómo es posible que después de tanto recorrido lo que he encontrado no es lo que esperaba?

La princesa del norte pronto me mostró su lado más cruel y despótico, arropada por su tradición balcánica, no quiso acogerme en su seno, sino que prefirió alejarse de mi... De esta manera, ambas nos separamos, e iniciamos caminos por separado, para no volver a dirigirnos la palabra, al menos de momento.
¿Cómo es posible que en Tesalónica no haya encontrado más que decepción, tristeza y congoja?

Me vienen a la mente los versos del poeta José Hierro en su poema “Vida”:

“Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.

Grito «¡Todo!», y el eco dice «¡Nada!».
Grito «¡Nada!», y el eco dice «¡Todo!».
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.

No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)

Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada."

Creo que no hacen falta palabras... el poema es suficientemente explícito como para entender a lo que me refiero...

5 comentaris:

  1. Maldito eco!!!

    El tiempo cambia todo, pero al mismo tiempo que el tiempo cambia la memoria y ilusión sigue siendo lo mismo...

    ...ahora solo falta una maquina de tiempo y viajar en el pasado.

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  2. Lo que importa es el camino, no el llegar a Ítaca. Porque es en los caminos donde conocemos nuestras debilidades, nuestros miedos, nuestras decepciones...Y esos mismos hacen que elijamos atajos y senderos que no hubierámos elegido...

    Caminante no hay camino, se hace camino al "andar"

    Ollerito

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  3. '¿cómo es posible que después de tanto recorrido lo que he encontrado no es lo que esperaba?'

    Es bueno hacerse preguntas, buscar en un lenguaje propio las propias respuestas. La poesía que apuntas viene al pelo, aunque a mí no me inspira decepción, más bien ironía y libertad de quien ya sabe todas/(nada!) sus respuestas.

    En un duelo entre princesas una ha de salir perdiendo. En cuanto a ti Tesalónica se lo pierde, querida.

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  4. No importa; la decepción, la tristeza y la congoja son sentimientos que forman parte de la naturaleza humana. Por lo tanto, de vez en cuando la vida o la divina providencia (eso ya depende de cómo una lo vea) nos pone en la tesitura de tener que afrontar y saber gestionar este tipo de sensaciones; que a priori causan rechazo. Pero mientras transitamos por este eterno presente al que llamamos vida, hay que ir aprendiendo y creciendo constantemente. Habrá muchas más Itacas, y muchas más travesías,: y estas podrán ser: constructivas, decepcionantes, edificantes, monótonas, excepcionales… pero nunca ninguna de ellas será estéril.

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  5. Ya te han referido y tu lo debes saber muy bien que lo que importa es el camino:-) pero también siento esa decepción, alguna vez me ha pasado a mi pero no creo que llegue a lo que has sentido tu.
    Petons y bon diumenge!

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